Un día como hoy pero del año 1695, falleció en la ciudad de México, la poetisa y escritora, Sor Juana Inés de la Cruz, la "Décima Musa Mexicana". Fue una gran exponente cuya obra dramática va de lo religioso a lo profano.

La religiosa Sor Juana Inés de la Cruz, apodada “la Décima Musa Mexicana” y “el Fénix de América”, fue una de las más destacadas figuras de las letras de nuestro país. La autora de obras dramáticas barrocas como “Amor es más laberinto” y “Los empeños de una casa”, falleció el 17 de abril de 1695.

La pasión de la escritora nacida en 1648 fue notoria desde sus primeros años de vida. A los tres años, ya sabía leer y a los siete, pedía que la mandaran a la Universidad.

En 1656 tras la muerte de su abuelo, su madre envió a Sor Juana a la capital a vivir a la casa de su hermana, María Ramírez, esposa del acaudalado, Juan de Mata. Fue allí donde ella comenzó sus estudios de latín y a ahondar en autores clásicos romanos, griegos y españoles.

De acuerdo al portal México Desconocido, en 1664, la poetisa ingresó a la corte como dama de compañía de la virreina, Leonor María Carreto, marquesa de Mancera, a la que dedicó algunos sonetos con el nombre de Laura. Pero a los tres años, cansada de la vida de cortesana, la joven optó por ingresar a un convento, tras autoconvencerse de que jamás querría casarse y que, por tanto, volcarse a la vida religiosa era lo mejor que podía hacer para asegurarse su salvación.

Luego de tres meses en el convento de San José de las Carmelitas Descalzas, se marchó por la severidad de las reglas e ingresó a la orden de las jerónimas, en el convento de Santa Paula, con un régimen mucho más flexible.

Fue desde su ingreso en el convento jerónimo que la escritora comenzó a desarrollar lo más extenso de su obra escrita.

La intelectual y religiosa compuso gran cantidad de obras teatrales. Entre sus comedias más conocidas se encuentra “Los empeños de una casa”.

Sus tres autos sacramentales revelan el lado teológico de su obra: “El mártir del sacramento”, “El cetro de José” y “El divino Narciso”, escritas para ser representadas en la corte de Madrid.

También se destaca su obra poética, con versos de amor y decepción y composiciones en honor a personajes de la época.

Sor Juana también escribió villancicos y un tratado de música llamado “El caracol” que jamás fue hallado, pero se sabe que ella misma lo consideraba una mala obra, por lo que posiblemente, ella no permitió su difusión.

Según ella, casi todo lo que había escrito lo hacía por encargo y la única cosa que redactó por gusto propio fue “Primero sueño”.

Sor Juana Inés de la Cruz, cuyo nombre de nacimiento era Juana Inés de Asuaje Ramírez, falleció a los 43 años. Se dice que fue víctima de una epidemia surgida dentro del convento, pero no se han encontrado evidencias claras sobre las enfermedades en la Nueva España en 1695, por lo que se cree que pudo deberse a un brote de cólera o tifoidea.

Sus restos mortales se encuentran en el Centro Histórico de la Ciudad de México, entre las calles de Isabel la Católica e Izazaga.

Con el pretexto de adquirir provisiones de boca, una de las siete columnas de la expedición punitiva al mando de Tompkins, entró a la población de San Juan de Dios, Chihuahua, contraviniendo los acuerdos establecidos y las órdenes expresas de Carranza de que los norteamericanos no entraran a las poblaciones.

La población indignada ataca a los invasores a palos y pedradas, los soldados contraatacan y dejan un saldo de 40 mexicanos y un norteamericano muerto y tres heridos.

Este mismo día, la Secretaría de Relaciones envía una nota al gobierno norteamericano en el que manifiesta su desacuerdo de que las tropas permanezcan en el país, en tanto no sea formalizado un convenio bilateral.