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Poder adquisitivo en caída libre

01 de marzo de 2023. Los últimos años hemos visto cómo se incrementa el salario mínimo; y aunque pareciera una medida alentadora, éste no ha tenido el efecto deseado, y lejos de representar un impacto positivo, dicho aumento se derrumba ante la inflación; ocasionando la caída del poder adquisitivo, desdibujando desdibujan cualquier aumento en términos reales a los sueldos y salarios en la base trabajadora mexicana.

Los efectos inflacionarios en México han sido demoledores para las clases sociales de mayor pobreza y también han castigado a las clases medias. Por poner tres ejemplos: la tortilla ha aumentado un 16%, el huevo un 30% y el jitomate un 54%, sólo en el último año.

Los sueldos están perdiendo la carrera contra la inflación, y cada día el valor del dinero es menor, disminuyendo la capacidad de compra, aun con el mismo dinero.

De acuerdo a la Comisión Nacional de Salarios Mínimos el índice de Salario Mínimo real ha incrementado en promedio del 2021 a la fecha un 20 %, sin embargo, esto es limitativo frente a los incrementos de la canasta básica, el transporte, los energéticos y el costo de vida de la población.

El poder adquisitivo del peso en términos comparativos en dicho periodo ha perdido su valor a una velocidad mayor al incremento de los sueldos, es decir el valor de compra del dinero ha disminuido a un ritmo muy superior que el incremento real de los salarios.

El salario mínimo real se calcula deflactando el salario mínimo general con el índice de precios al consumidor generado pro el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

En esta coyuntura, la “cuesta de enero” del presente año, se convirtió en la peor de los últimos 23 años, en virtud de que la inflación sigue sin ceder, ya que la tasa anual presentó un incremento del 7.9%, en el mes de enero, respecto al mismo mes del año pasado; es decir la mayor alza desde el 2001.

A diferencia de países como Estados Unidos y Brasil en México esta situación no ha tocado fondo y el entorno inflacionario se ha agravado por la deficiente y desarticulada acción gubernamental en el combate al aumento de los precios.

Ante el evidente fracaso de la política antiinflacionaria, el Banco de México elevó recientemente la tasa de intereses interbancaria a un nivel del 11% como respuesta a una estrategia fallida, pero que, a su vez, compromete el crecimiento de la economía nacional y la generación de empleos al tiempo que incrementa el pago de la deuda nacional.

Urge una estrategia que restituya el poder adquisitivo de los mexicanos, privilegiar la producción nacional de alimentos y generar estímulos y financiamiento a los productores del campo.

Estimado lector, seguro coincidirá con un servidor, no podemos como país tener productores que ganan poco y consumidores que pagan mucho, esta ecuación es dolorosa y sólo benefició a unos cuantos en el proceso de intermediarismo.

El gobierno federal tiene instrumentos de regulación económica y prácticamente no ha operado ninguno de ellos; y de ser así, han operado de manera ineficiente. SEGALMEX se convirtió en un monumento a la corrupción de la 4T y lejos quedó del ideal de garantizar la seguridad alimentaria de los mexicanos, hoy se importan más alimentos que nunca y la balanza comercial agropecuaria pierde los avances logrados en la última década.

Los sueldos subieron, pero ese incrementó no tiene un impacto positivo en la reducción de la pobreza en México. La ola inflacionaria, la caída libre del poder adquisitivo y la casi nula respuesta de un gobierno federal al debacle económico, es clara muestra de la inexperiencia, que ha visto pasar de lado el aumento del costo de vida de sus ciudadanos y el aumento de pobreza en muchas regiones del país.

Maestro en Internacionalización del Desarrollo Local. Diputado local

edgarpinond21@gmail.com