Luego del asesinato del presidente Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez, por la insurrección armada de Victoriano Huerta, Abraham Gonzáles había permanecido como gobernador de Chihuahua, además de ser secretario de gobernación de Francisco Madero.

Huerta, enterado de la lealtad de Gonzáles hacia Madero, mandó a que se lo detuviera. El 23 de febrero de ese año, bajo órdenes del general Rábago, fue apresado y encerrado en el Palacio Federal. El 7 de marzo del año 1913, Abraham Gonzáles fue comunicado de su traslado a la Ciudad de México, para ser enjuiciado. Pero durante el traslado, en la estación Mápula, fue bajado del convoy, fusilado y su cuerpo, puesto en las vías del tren fue triturado por las ruedas. Los restos de Gonzáles fueron sepultados allí mismo y públicamente se lo declaró desaparecido.

Un día como hoy 6 de marzo, pero de 1813, Calleja publica una proclama en la que además de señalar los males de la guerra, se declara partidario de la Constitución y promete observar y hacer cumplir sus preceptos